Mtro. Milton Podkidaylo. Cosa de pájaros.



Mtro. Milton Podkidaylo.
               Cosa de pájaros.
Mal lugar para hacer su nido eligió una pareja de espineros...
Justo en los tirantes que sostienen al alero, sobre la puerta de entrada al salón de clases de la escuela, comenzaron a trabajar, yendo y viniendo con ramitas en sus picos, para construir su casa esos pájaros...
          En ese lugar, no podía yo dejar un nido porque nosotros, en la escuela, entramos y salimos por esa puerta, mil veces en el día; y para los mismos espineros era una intranquilidad trabajar y vivir allí...
          Así que para no hacerlos ilusionar con su nido, se los desarmé cuando aún era unas poquitas ramitas juntas y entrelazadas...
          Al otro día, las ramitas estaban de nuevo en su lugar y los espineros seguían trabajando sin preguntarse qué había pasado con la construcción que habían iniciado y encontraron desarmada...
          Tres días los dejé armar su casa y luego, nuevamente y estando ellos presentes, le desarmé lo que habían hecho...
          Yo les expliqué que no me gustaba lo que estaba haciendo pero que no podía dejar que hicieran un nido frente a la escuela y sobre la puerta de entrada...  No sé si me entendieron...
Creo que no porque al día siguiente, otra vez y ya en forma casi testaruda, los persistentes espineros estaban allí, con sus ramitas en sus picos, levantando el trabajo que el humano les tiraba al suelo...
          Otra vez, y ya eran tres veces que el nido caía como caen piedras que oscuros habitantes de las cavernas tiran sobre las hermosas flores de la pradera...
          Yo me sentía como son quienes hacen discursos sobre la dignidad humana y prohíben la libertad de ser a los seres...
Yo decía: " hay que cuidar a los animales "...
 ... Y después les rompía su nido...
Así fue que dejé hacer el nido a los espineros...
Cuando lo habían terminado, una idea me cruzó la mente...
          Saqué el nido de arriba de la puerta, con mucho cuidado y sin dañarlo; enterito lo llevé y lo puse, casi como estaba y bien asegurado, en un arbusto espinoso que hay frente a la escuela, a 5 ó 6 metros de su ubicación original, donde no molestaba a nadie ni nadie los molestaría...
Yo esperaba que los espineros reconocieran su nido y vivieran en su nueva ubicación formando la familia que la primavera les reclamaba...
No fue así. El nido quedó abandonado allí donde yo lo dejé...
A la semana, una pareja de viuditas andaba visitando la construcción... Parece que les gustó porque allí se quedaron.
          También a los tordos les pareció buena la idea de alquilar el nido abandonado de espineros y ocupado por las viuditas.
          Los pájaros blancos estaban alertas y se turnaban para vigilar su nueva casa; en tanto los pájaros negros iban y venían, se acercaban y se alejaban queriendo invadir lo que su naturaleza no les motivaba a construir...
           Después de dos o tres días, los tordos se fueron buscando, quizás, a pájaros menos vigilantes, donde poner sus huevos...
          La pareja de viuditas hicieron un lecho de plumas y allí pusieron sus huevos... y allí nacieron sus pichones, que crecer vimos con los niños de la escuela...
          Las golondrinas eran sus vecinas; y como buenas amigas, con las viuditas parece que conversaban, quién sabe qué cosas, en el alambrado que separa el predio escolar de la ruta...
          Quizás conversaban de los vecinos pájaros que vivían atrás de la escuela y tenían su nido en el tanque depósito del agua...
Quizás conversaban de la persistencia en el trabajo que tenían esos pájaros, del esfuerzo que habían realizado para tener su casa propia y de la paciencia que tuvieron para cumplir su sueño de formar la familia que tenían... 
Atrás de la escuela, una pareja de espineros cuidaban de sus pichones.