Mtro. Milton Podkidaylo
Al Liceo Eugenio Capdevielle en sus 100 años...
A manera de homenaje, de un exalumno.
Es difícil sintetizar en poco espacio el largo tiempo que uno vive en un liceo… ¡Son seis años de nuestra vida!
Es el tiempo de la adolescencia y de la juventud…
Es cuando dejamos de ser niños y comenzamos a proyectarnos a nosotros mismos como personas…
Es difícil sintetizar en pocas palabras todo ese tiempo…
Tiempo que se va volando sin que nos demos casi cuenta y que deja, sin embargo, las raíces, los cimientos, los pilares de lo que seremos en el futuro, luego de terminado el liceo, cuando comenzamos a entrar en el mundo de los mayores, cuando comenzamos a vivir como adultos…
Es difícil sintetizar, por ejemplo, el nerviosismo de los primeros días, cuando entrás a ese mundo extraño que es el liceo, tan diferente de la escuela; la confianza del último año, que hasta tuteás a “los profes” y los tratás como un compañero más; las emociones de los primeros amores; las broncas con los profesores porque no te preguntaban el día que estudiabas y sí el día que no lo habías hecho y tenías que empezar “a payar”; la barra de amigos; las rabonas, ratas o como se les llame ahora; la alegría porque faltaba el o la profesora y entonces aprovechábamos para reunirnos durante esa clase libre en la placita de enfrente (cuando nos dejaban salir); la amargura cuando, ya ilusionados porque faltaba, llegaba a último momento y “todos al salón”…
Es difícil sintetizar tanta vida, tantas emociones, alegrías y tristezas... Tantas cosas que recién ahora, más grandes, somos conscientes y que cuando estábamos en el liceo, no nos dábamos cuenta…
Es difícil sintetizar, por ejemplo, todas las exigencias que nos imponían desde la dirección hasta los profesores; las amistades que estábamos creando y que trascienden el período del liceo; los gustos por estudiar tal o cual materia y que nos llevarían a seguir determinada profesión; el proceso que íbamos haciendo para ser lo que hoy somos…
Es difícil sintetizar… Pero qué hermoso que es tener tantos recuerdos de esos seis años de nuestra vida…
Qué hermoso que es poder expresar, a manera de humilde homenaje, aunque más no sea con algunas pocas palabras, sintiendo seguramente que sentimos lo que sienten los que ahora somos llamados exalumnos del Liceo Eugenio Capdevielle:
¡Gracias, Liceo Eugenio Capdevielle!
Por cobijarnos seis años de nuestras vidas…
Por albergar ese instante del tiempo en que nos crecen las alas…
Por ser la tierra donde se siembran nuestras semillas…
¡Gracias a todos los que le dan vida al Liceo!
¡Gracias, Directores, Administrativos, Funcionarios, Profesores…
Porque son ustedes, junto a los alumnos, la vida de esa casa…
Porque son ustedes el cielo que debemos superar los alumnos
para aprender a volar con nuestro propio vuelo…
Porque son ustedes, los sembradores de las semillas
que crecieron en nosotros y crecerán en los alumnos de hoy…
¡Gracias, Liceo Eugenio Capdevielle!
¡Salud, Profesores y Estudiantes de ayer y de hoy
que sienten su huella grabada en el camino de la vida!
1912… Liceo Eugenio Capdevielle… 2012…
100 años sembrando educación…